9 Octubre 2017
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 Fiambres y embutidos en una dieta sana

Fiambres y embutidos en una dieta sana

Si te estás preguntando si es viable la presencia de fiambres y embutidos en una dieta sana, lo primero que debes tener en cuenta es que no todas las personas tienen las mismas necesidades nutricionales, por lo que una dieta equilibrada no es igual para todo el mundo.

Los embutidos y fiambres que derivan de las carnes rojas (el chorizo, por ejemplo) tienen una gran cantidad de hierro, por lo que si no existen problemas como triglicéridos o colesterol alto pueden ser de gran ayuda a la hora de poner fin a los problemas de anemia ferropénica. Sin embargo, no son recomendables para aquellas personas que tienen el ácido úrico alto, puesto que son altos en purinas.

Con frecuencia se excluyen fiambres y embutidos en una dieta sana por pensar que como tienen una alta cantidad de grasas saturadas son malos.

No obstante, hay que tener en cuenta que los embutidos aportan micronutrientes importantes para el organismo, tales como el potasio, el magnesio, el zinc y el fósforo.

Lo que recomiendan los expertos es escoger aquellos embutidos o fiambres que sean más magros y por tanto tengan menos cantidades de grasa. Es lo que ocurre por ejemplo con el jamón serrano, el jamón cocido, la pechuga de pavo y la pechuga de pollo.

Uno de los productos más recomendados es el jamón ibérico, puesto que los beneficios de sus ácidos grasos monoinsaturados están por encima de los perjuicios de su grasa.

En líneas generales los especialistas aconsejan incluir los fiambres y embutidos en una dieta sana, pero hacerlo siempre con moderación.

Se debe dar prioridad a aquellos que tengan más proteínas y menos grasas y su consumo se debe limitar a una o dos veces por semana. También hay que controlar las porciones que se comen y ajustar la ingesta de sodio, reduciendo durante ese día la sal en otros alimentos o platos.