17 Octubre 2014
GAD, ACTUALIDAD

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La carne de cerdo saludable

La carne de cerdo saludable

La creencia general es que la carne de cerdo es una carne con alto contenido en grasa, debido a ello no muy recomendada dentro de una alimentación saludable.

Hoy en día esto ha cambiado, sobre todo en la carne de cerdo de calidad Q, la Duroc y la Ibérica, como la que en nuestra empresa distribuimos, es una carne distinta a la tradicional.

El cambio general parte de la alimentación de los animales desde su nacimiento y en su movilidad en vida, se han incluido nuevos componentes a la dieta de los cerdos para generar una carne con mayor aporte proteico y menor concentración de lípidos.
Con el paso de los años se ha ido modificando también la genética hasta llegar una carne de cerdo con mayor proporción de ácidos grasos monoinsaturados y con menor contenido graso total y con menor aporte de colesterol, siendo un producto más acorde con las tendencias gastronómicas de hoy en día.

También dentro del mismo animal todos los cortes no tienen las mismas calidades gastronómicas ni las mismas cantidades de grasa siendo muy saludables por ejemplo el solomillo, lomo de cerdo, la paleta y la pierna de cerdo, que no superan el 10% de grasa por cada 100 gramos.

Los cortes de cerdo menos recomendables por ser más grasos y menos proteicos, son la papada, el tocino, las manitas de cerdo y la panceta. Estos cortes deben ser más esporádicos en personas sanas y a criterio del médico en personas con problemas de salud.
Dentro de las razas porcinas, la carne de cerdo ibérico puro es la mejor no solo debido a sus características organolépticas sino también en su salubridad, pues es la que concentra menos grasas saturadas y más ácidos grasos monoinsaturados como los presentes en el aceite de oliva.

Podemos decir de una manera sencilla y resumida que a nivel nutricional que la diferencia más notable entre las carnes blancas y las rojas es la cantidad y calidad de grasa que estas aportan, de forma genérica los expertos afirman que es mejor el tipo de grasa de las blancas, ya que en ellas priman los ácidos grasos insaturados, más saludables que los saturados.

Científicos estadounidenses han descubierto la sustancia química presente en las carnes rojas que podría explicar el motivo por el cual consumir este tipo de carne es malo para la salud cardiovascular. El estudio ha demostrado que la carnitina de la carne roja se degrada mediante bacterias en el intestino, dando lugar a un grupo de sucesos de que provocan altos niveles de colesterol.

Según la OMS las carnes rojas englobarían a las de vacuno, ovino y caprino, mientras que en las blancas se incluirían las de aves de corral y las de porcino.

Otros datos a tener en cuenta a favor de las carnes magras del cerdo son que la concentración de vitaminas B1 y B6 es superior a la de vacuno y ovino.

Sus proteínas son de alto valor biológico, del mismo nivel que las que aportan las carnes rojas.

Junto al resto de carnes blancas, la carne de cerdo presenta un moderado aporte calórico 111 kcal por cada 100 gramos de lomo de cerdo.

Ademas es una carne muy digestible, saciante y masticable.

Pero todo esto es en general, hay que buscar como norma siempre las partes magras de las carnes y cocinar con el mínimo de grasa añadida posible.

Por otro lado, también es recomendable usar ingredientes ricos en vitamina C en los platos con carne de cerdo, la vitamina C ayuda en la absorción del hierro presente en las carnes, el perejil, los cítricos y los pimientos son un buen ejemplo.

También es bueno consumir frutas para compensar y ayudar a digerir los valores nutricionales de todo tipo de carnes.

Consumir carne de cerdo dentro de una normalidad es muy recomendable.