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Cómo conservar los jamones ibéricos
Las propiedades de los jamones ibéricos son cada vez más conocidas, y si a ello sumamos que su sabor es delicioso, no hace falta buscar otra explicación al considerable número de ventas de este tipo de productos que se llevan a cabo cada año.
Comprar jamones ibéricos de calidad es fácil si sabes algunas cuestiones básicas que ya hemos tratado con anterioridad en el blog. Pero una vez que te llevas el producto a casa es imprescindible que lo guardes adecuadamente para que desde el primer cacho hasta el último tengan ese particular sabor que está conquistando el mundo.
En primer lugar hace falta un buen jamonero para que la pierna esté bien sujeta y se pueda cortar con seguridad. Este jamonero es además el mejor lugar para conservar los jamones ibéricos.
Al hacer el corte siempre hay una parte de la carne que queda descubierta y que se puede estropear. La opción más sencilla y la que seguro que tienes más a mano es colocar un trapo limpio de algodón en la parte del jamón abierta.
El trapo no ofrece una protección total, pero evitará que la carne se reseque excesivamente. Sin embargo, hay otra forma mejor de hacerlo.
Te recomendamos que al empezar a cortar el jamón guardes algunas lonchas de tocino. Corta el jamón que vas a tomar y una vez que hayas terminado con él coloca sobre el corte esas lonchas de grasa que has reservado.
Obtener lonchas grandes de grasa una vez empezado el jamón es complicado, por eso es recomendable que las guardes las que obtengas justo al empezar a cortar el jamón.
El jamón no tiene fecha de caducidad como tal, pero una vez que se abre la carne comienza a secarse, así que lo más recomendable es consumirlo en aproximadamente un mes para que no pierda ni sus propiedades ni su sabor.